Mientras seguimos con el espíritu de despojar y refrescar, hay una parte de tu régimen de belleza que se te puede ir de las manos: el esmalte de uñas.
Con las nuevas fórmulas de esmalte de uñas, los colores y las texturas que se lanzan constantemente, pronto puedes encontrarte con una colección que rivaliza con la de tu salón de belleza local.
Le pedimos a Clare Durrant, investigadora principal de belleza del Instituto Good Housekeeping, que nos diera sus mejores consejos para saber cuándo es el momento de deshacerse de esos frascos que acumulan polvo y cómo hacer que duren más…
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1. Comprueba el envase
«En primer lugar lo más importante es comprobar el PAO (período después de la apertura) de los productos – esto se indica o bien en el propio producto, o a veces si la etiqueta es muy pequeña tendrá un símbolo de la mano y el libro, que le indica que la etiqueta PAO está disponible, ya sea en otra parte del envase (es decir, una caja de cartón exterior) o en el punto de compra, por ejemplo en la tienda en el mostrador. El símbolo PAO contiene un número y una letra, por ejemplo, 12M, que indica 12 meses. Según mi experiencia, suele ser 12M o 24M para los esmaltes, por lo que 12 meses/24 meses después de la apertura el producto debe ser desechado. Anote la fecha de apertura, y cuando haya alcanzado esta fecha debe ser desechado.’
2. Intente revigorizar la fórmula
«Si el esmalte se separa no es necesariamente indicativo del fin de su vida útil; muy a menudo los tonos muy perlados se asientan y sólo requieren agitación (algunos incluyen una o dos pequeñas bolas de plata dentro del frasco para ayudar en esto). Si después de agitarlo o hacerlo rodar entre las manos, sigue separándose rápidamente, puede ser el momento de tirarlo, ya que puede que no quede una capa uniforme al aplicarlo.’
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3. Observar su aspecto y olor
«Al igual que con el resto de productos cosméticos, si se ha decolorado o tiene un olor desagradable, hay que desecharlo ya que esto indica que el producto no está como debería.’
4. Comprueba su consistencia
«Si la consistencia se ha vuelto especialmente espesa, fibrosa o muy fina en comparación con cuando se abrió por primera vez, probablemente sea el momento de tirarlo»
Entonces, ¿cómo podemos prolongar la vida de nuestros esmaltes?
¡Todo es cuestión de almacenamiento! ‘Yo recomendaría un lugar fresco y oscuro (para evitar la luz solar directa) – pero no es necesario usar una nevera, ya que esto no prolongará la vida y puede afectar a la viscosidad/consistencia del producto’, dice Clare.
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