La diferencia entre eficacia, efectividad y eficiencia

Eficacia, efectividad, eficiencia… Estos términos suenan confusamente similares. Comúnmente utilizados en la investigación médica, la gestión de proyectos y la ciencia de la decisión, a menudo se confunden en las conversaciones cotidianas. Si estás apurado, aquí tienes la diferencia:

  • Eficacia significa hacer las cosas
  • Efectividad significa hacer las cosas correctas
  • Eficiencia significa hacer las cosas bien
  • ¿Suena confuso? No te preocupes, yo pensaba lo mismo antes de investigarlo. Repasemos cada uno de estos términos uno por uno, y entenderás la diferencia, y por qué es importante.

    Eficacia significa hacer las cosas

    La palabra «eficacia» se utiliza sobre todo en un entorno científico. Preguntar por la eficacia de una intervención es preguntar si puede conseguir el resultado deseado, aunque sea en condiciones muy específicas y controladas. La eficacia es la capacidad de crear el efecto esperado.

    Por ejemplo, un medicamento puede ser capaz de mejorar los síntomas de un paciente en un entorno ideal, en el que se le vigila estrechamente para que cumpla perfectamente con la prescripción. Si ese es el caso, el medicamento ha demostrado su eficacia. Sí, puede necesitar un protocolo muy específico, pero si lo hace, el medicamento consigue el objetivo (donde «el objetivo» es mejorar los síntomas del paciente).

    Como explican los doctores Enrique Burches y Marta Burches: «La eficacia, en el sector sanitario, es la capacidad de cambio beneficioso (o efecto terapéutico) de una determinada intervención (por ejemplo, un medicamento, un dispositivo médico, un procedimiento quirúrgico o una intervención de salud pública) en condiciones ideales o controladas.» Como es una medida muy específica que tiene poco sentido en situaciones cotidianas, rara vez oirá el término eficacia fuera de los ensayos farmacológicos y clínicos.

    Eficacia significa hacer las cosas bien

    Pero hacer las cosas no es necesariamente suficiente. Un fármaco que mejora los síntomas de un paciente en condiciones perfectas es, técnicamente, hacer cosas, pero ¿se están haciendo las cosas correctas?

    Por ejemplo, se puede crear un tratamiento para la diabetes con alta eficacia, en el que el paciente tiene que permanecer enchufado a una máquina las veinticuatro horas del día durante seis meses, bajo la estrecha supervisión de un equipo médico. Tras seis meses de tratamiento, se mide una mejora notable. Claro, el tratamiento demuestra eficacia -está consiguiendo cosas- pero si tu objetivo es tratar de forma realista a las personas con diabetes, no podrías llamarlo eficaz -no está consiguiendo las cosas correctas-.

    En los ensayos clínicos, los ensayos de eficacia tratan sobre lo bien que funciona un tratamiento en el mundo real, fuera de las condiciones perfectamente controladas de los ensayos de eficacia. «Los estudios de intervención pueden situarse en un continuo, con una progresión desde los ensayos de eficacia hasta los de efectividad. La eficacia puede definirse como el rendimiento de una intervención en circunstancias ideales y controladas, mientras que la efectividad se refiere a su rendimiento en condiciones del «mundo real». Sin embargo, la distinción entre los dos tipos de ensayos es un continuo y no una dicotomía, ya que probablemente sea imposible realizar un estudio de eficacia pura o un estudio de efectividad pura», explican los doctores Amit Singal, Peter Higgins y Akbar Waljee.

    El concepto de eficacia frente a efectividad también puede ser útil al pensar en otras áreas de nuestra vida, como la gestión de proyectos y la toma de decisiones en general. Una idea que parece perfecta en condiciones ideales puede no resistir la prueba del caos que la vida real provoca inevitablemente. A la hora de elegir entre dos soluciones con niveles de eficacia similares, tiene sentido decantarse por la más efectiva.

    Eficiencia significa hacer las cosas bien

    Una vez que se ha encontrado una solución efectiva, se puede intentar mejorarla haciéndola más eficiente. El Diccionario Oxford ofrece varias definiciones de eficiencia. La primera es inútil: «El estado o la cualidad de ser eficiente». La segunda -la definición técnica- es mucho más interesante. Define la eficiencia como «la relación entre el trabajo útil realizado por una máquina o en un proceso y la energía total gastada o el calor consumido»

    Medir la eficiencia es comparar la entrada de una solución con su salida. Podrías hacer efectivamente las cosas correctas, pero de manera ineficiente. La eficiencia consiste en hacer las cosas de la manera más económica, ya sea en términos de tiempo, energía o dinero.

    En los ensayos clínicos, dos medicamentos podrían ser igual de eficaces: ambos consiguen mejorar los síntomas de los pacientes en el mundo real. Sin embargo, si uno de ellos es mucho más costoso que el otro, ese fármaco no se considerará tan eficaz. Del mismo modo, en la gestión de proyectos o en la toma de decisiones, se podría llegar a una solución que logre el resultado correcto (eficaz), pero que sea innecesariamente costosa (ineficiente).

    En su libro The Tipping Point, Malcolm Gladwell describe una solución sanitaria modesta pero increíblemente eficiente: «La tirita es una solución barata, cómoda y extraordinariamente versátil para una asombrosa variedad de problemas. A lo largo de su historia, las tiritas probablemente han permitido a millones de personas seguir trabajando o jugando al tenis o cocinando o caminando cuando, de otro modo, habrían tenido que dejar de hacerlo». La solución de las tiritas es, en realidad, el mejor tipo de solución porque implica resolver un problema con el mínimo esfuerzo, tiempo y coste»

    Resumiendo: eficacia significa hacer las cosas (¿funciona?), efectividad significa hacer las cosas correctas (¿funciona realmente bien?) y eficiencia significa hacer las cosas bien (¿funciona de la manera más económica?). Es útil pensar en ellos en este orden concreto. En primer lugar, asegúrate de que la solución puede conseguir realmente el resultado deseado, aunque esa eficacia requiera condiciones muy específicas. A continuación, pruebe la solución en un entorno real. Por último, si la solución es eficaz, busque formas de hacerla más económica, más eficiente.

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