¿Para qué se utiliza el baclofeno?
El baclofeno, también conocido por las marcas Kemstro y Lioresal, es un medicamento de prescripción que se utiliza para aliviar los espasmos musculares, principalmente en el tratamiento de la esclerosis múltiple o las enfermedades de la médula espinal.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, este medicamento alivia los espasmos del sistema musculoesquelético, alivia el dolor y mejora el movimiento muscular.
En la última década, el baclofeno se ha utilizado con creciente frecuencia en el tratamiento de la adicción a las drogas y al alcohol. En este uso, el baclofeno funciona para disminuir los síntomas de la abstinencia. La prescripción de baclofeno para tratar la adicción todavía se considera un uso «fuera de la etiqueta» del medicamento, o un uso fuera de lo aprobado por la FDA, pero este uso ha mostrado cierto éxito en los ensayos clínicos, según un estudio publicado por la Base de Datos Cochrane de Revisión Sistemática.
El problema de la adicción al baclofeno
La adicción es un problema que afecta a personas de todos los grupos demográficos. El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA) informa de un aumento de 2,5 veces en el total de muertes por sobredosis entre los años 2001 y 2013, y las muertes por sobredosis relacionadas con analgésicos opiáceos experimentaron un aumento aún mayor.
La Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA) informó en 2009 de que 23,5 millones de personas necesitaban tratamiento por adicción al alcohol o a las drogas. Ante esta creciente prevalencia de la adicción, el campo médico ha comenzado a explorar cada vez más las posibilidades de recuperación de la adicción asistida por medicamentos. Según la SAMHSA, actualmente se utilizan varios medicamentos con este fin, como la buprenorfina, la metadona y la naltrexona. Además de estos medicamentos, otros como el baclofeno se utilizan a menudo de forma no autorizada para ayudar en el tratamiento de la adicción.
El baclofeno se diseñó originalmente como un medicamento para el tratamiento de la epilepsia. GABAb Receptor Pharmacology informa que después de ser sintetizado por primera vez en 1962, el fármaco sólo tuvo un éxito mínimo en el tratamiento de las convulsiones, pero fue ampliamente utilizado para disminuir la espasticidad causada por una variedad de enfermedades. En 2009, un cardiólogo llamado Olivier Ameisen publicó unas memorias en las que detallaba su propia recuperación del alcoholismo mediante el uso de baclofeno, lo que dio lugar a posteriores investigaciones sobre la eficacia del fármaco como tratamiento de la adicción. Aunque el uso del baclofeno en el tratamiento de la adicción todavía se considera experimental, está ganando importancia en el campo, y los ensayos clínicos continúan explorando las posibilidades de su uso.
Dosis y efectos secundarios del baclofeno
- Somnolencia
- Mareos
- Debilidad muscular
- Confusión
- Insuficiencia estomacal
- Los que padecen trastornos psiquiátricos graves
- Los individuos con trastornos convulsivos
- Los que ya están recibiendo tratamiento antihipertensivo
- Los que padecen hipertonía de esfínteres
- Los individuos con enfermedad hepática o diabetes mellitus
- Ansiedad y confusión
- Psicosis
- Convulsiones
- Taquicardia
- Sustancias más adictivas
- Klonopin
- Kratom
- Marihuana
- Morfina
- Fenibut
- Suboxona
- Xanax
Los efectos secundarios más graves de este medicamento incluyen dificultad para respirar y convulsiones; se debe buscar ayuda médica inmediatamente si se experimenta cualquiera de estos efectos secundarios. Los efectos secundarios son generalmente mínimos y ocurren principalmente cuando se inicia el tratamiento con este medicamento.
Según el Compendio Electrónico de Medicamentos, la dosis de baclofeno se aumenta y disminuye gradualmente con el tiempo; las dosis iniciales elevadas de baclofeno, sin disminuir hasta esa cantidad, pueden hacer que los efectos secundarios sean más graves. La dosis diaria máxima recomendada de este medicamento es de 100 mg, a menos que exista una cuidadosa supervisión médica. Por lo general, se prescriben dosis pequeñas y frecuentes en lugar de dosis mayores. Pueden pasar varios días hasta que el baclofeno haga efecto por primera vez.
La abstinencia brusca de baclofeno puede provocar los siguientes síntomas:
Para prevenir estos síntomas de abstinencia, la dosis de baclofeno debe reducirse gradualmente durante un periodo de 1 a 2 semanas.
Baclofeno puede interactuar con otros medicamentos y sustancias, incluyendo alcohol, anestésicos, antidepresivos tricíclicos, antihipertensivos, dopaminérgicos, litio, memantina y AINE. El baclofeno debe evitarse durante el embarazo, especialmente durante los tres primeros meses de gestación, ya que el fármaco atraviesa la barrera placentaria. Pueden pasar cantidades muy pequeñas de baclofeno a los bebés a través de la leche materna, pero las cantidades son mínimas, lo suficientemente bajas como para que no se esperen efectos indeseables.
El baclofeno se absorbe rápidamente en el tracto gastrointestinal, y la concentración máxima en el torrente sanguíneo se produce entre 1 y 3 horas después de la administración oral del medicamento. La vida media del baclofeno es de 3-4 horas en el plasma, y su vida útil es de tres años desde la fecha de fabricación. Los comprimidos orales del medicamento también contienen lactosa, almidón de maíz pregelatinizado, almidón de maíz, estearato de magnesio y agua.
¿Son adictivos estos medicamentos?
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Uso del baclofeno en el tratamiento de la adicción
El baclofeno puede tratar la adicción al alcohol y a las drogas alterando los procesos químicos responsables de la adicción a las sustancias.
Según un artículo de la Universidad del Pacífico, la composición química de este medicamento puede imitar el ácido gamma-aminobutírico (GABA), que tiene un efecto calmante sobre el estado de ánimo. Este efecto calmante conduce a un aumento de los niveles de dopamina, disminuyendo así el deseo de consumir la sustancia adictiva.