Recordando por qué nos hicimos policías: para servir, proteger

Por Michael Morse

Es fácil trazar la línea en la arena, rodear los vagones y esconderse detrás del uniforme. Hay individuos que disparan a los policías y no respetan la placa. Aunque algunos de ellos se han alejado de las normas de una sociedad civilizada, es por ellos que el resto debe ser protegido por nosotros. La gente buena, honesta y trabajadora no merece menos que lo mejor de nosotros.

Estamos aquí para todos. Los ciudadanos dependen de nosotros para que los protejamos de cualquier daño, para que mantengamos a raya a los delincuentes, para que apaguemos sus incendios, para que los rescatemos de los restos humeantes en los que a veces se encuentran y para que los defendamos de las personas que intentan hacerles daño. Están los protegidos y los protectores. Nosotros somos los protectores. Ellos podrían haber sido los protectores -no tenemos derechos exclusivos sobre el compromiso del coraje y el valor-, pero eligen depender de nosotros para su protección, al igual que nosotros dependemos de ellos para mantener nuestra sociedad como un lugar próspero y positivo.

Policía para proteger a todos los ciudadanos.

Policía para proteger a todos los ciudadanos. (Foto/Pixaby)

Los ciudadanos que protegemos son dignos de nuestro compromiso con ellos. Son personas honorables cuyo camino en la vida se parece mucho al nuestro. Todos nos ponemos los pantalones una pierna a la vez. Todos luchamos. Todos sufrimos. Todos tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos y participar en el mundo en el que vivimos. Una persona de negocios se enfrenta a cosas que no podemos comprender durante su trabajo diario. No puedo imaginarme prosperar en ese mundo durante más de una hora. El obrero pone su tiempo, y espera el tiempo libre, sin preocuparse por los matones, los bandidos y las tonterías.

Es imprescindible que nunca olvidemos que elegimos este camino. Sabíamos que una carrera en el servicio público sería difícil. Aceptamos el reto. No tiene sentido quejarse de ello. Lo único que podemos hacer es honrar a los caídos, seguir actuando como profesionales, defender la ley, destruir a nuestros enemigos, atender a los heridos y apagar los incendios.

Al final del día es, fue y será siempre nuestra responsabilidad mantener la paz. Todo lo demás depende de ellos. Estamos todos juntos en esto. No hay nosotros y ellos. Sólo estamos nosotros.

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