Kanem-Bornu, imperio comercial africano gobernado por la dinastía Sef (Sayf) que controló la zona del lago Chad desde el siglo IX hasta el XIX. Su territorio incluía en diversas épocas lo que hoy es el sur de Chad, el norte de Camerún, el noreste de Nigeria, el este de Níger y el sur de Libia.
Kanem-Bornu se fundó probablemente hacia mediados del siglo IX, y su primera capital estuvo en Njimi, al noreste del lago Chad. Hacia finales del siglo XI, el Sef mai (rey) Umme (posteriormente conocido como Ibn ʿAbd al-Jalīl) se hizo musulmán, y desde entonces Kanem-Bornu fue un estado islámico. Debido a su ubicación, sirvió como punto de contacto en el comercio entre el norte de África, el valle del Nilo y la región subsahariana.
A finales del siglo XIV los bulala obligaron a los sef a abandonar Kanem, y la capital se trasladó a Birni Ngazargamu en Bornu, al oeste del lago Chad. Permaneció allí incluso después de que Kanem fuera retomada a principios del siglo XVI.
Bajo sus hábiles gobernantes del siglo XVI (Muḥammad Dunama, ʿAbd Allāh y, especialmente, Idrīs Alawma, que reinó entre 1571 y 1603), Kanem-Bornu (a partir de entonces, a veces llamado simplemente Bornu) se extendió y consolidó.
A principios del siglo XIX, los Fulani de Nigeria disputaron la soberanía de Bornu sobre los estados Hausa al oeste del lago Chad y expulsaron a mai Aḥmad de su capital en c. 1808. Fueron expulsados por la intervención de Muḥammad al-Kanamī, un erudito, guerrero y diplomático de Kanem, a quien Aḥmad se había visto obligado a pedir ayuda. Obligado también a ayudar al sucesor de Aḥmad, Dunama, contra los invasores fulani, al-Kanamī asumió el control implícito de Bornu, pero nunca pudo restablecer su poder. La dinastía Sef se extinguió en 1846.