Ha llegado. Tienes un gran grano al frente y al centro el día que tienes una gran presentación. Te pones un tapado y un collar llamativo, en un intento de alejar la atención de tu cara. Y te aplicas un poco de desodorante extra ya que ahora estás sudando por tu discurso así como por tu acné.
Pero espera. ¿Estás estresado por tu acné o es tu estrés el que causa tu acné? Bueno, en realidad puede funcionar en ambos sentidos.
El acné causa ansiedad
Según la Academia Americana de Dermatología (AAD), el acné afecta a algo más que a su apariencia. Puede afectar a tu salud emocional. Los estudios han descubierto que puede desarrollar ansiedad, así como depresión, baja autoestima y disminución de la calidad de vida.
Los niños, por ejemplo, pueden ser intimidados cuando sufren de acné, lo que puede ser perjudicial para su autoestima. Los adolescentes pueden querer estar solos y hacer pocos amigos. Esto puede hacer que se sientan al límite. Los estudios han descubierto que los adolescentes con acné -incluso en su forma más leve- pueden no presentarse a las pruebas deportivas, no participar en las clases ni conseguir un trabajo a tiempo parcial. Todo ello porque han dicho que su piel les hace sentirse cohibidos, feos o avergonzados.
Así que no es de extrañar que las personas con acné desarrollen a menudo ansiedad o depresión. Y cuanto más dura el acné (y puede empeorar con el tiempo), más impacta en las propias emociones. Un tratamiento temprano puede ayudar a prevenir el empeoramiento del acné y ayudar a limpiar la piel.
La ansiedad causa acné
La ansiedad puede aumentar los síntomas y los brotes si se padece acné u otras enfermedades de la piel como la psoriasis o el eczema. Los investigadores han descubierto una relación entre el estrés y los brotes de acné, según la AAD. En respuesta al estrés, nuestro cuerpo produce más andrógenos, un tipo de hormona. Estas hormonas estimulan las glándulas sebáceas de la piel y los folículos pilosos, lo que puede provocar acné. Por eso, cuando estamos sometidos a un estrés constante, el acné puede ser un problema continuo.
De hecho, el estrés por sí solo no es la causa del acné. Otros factores como las hormonas y la edad entran en juego. Pero el estrés puede desencadenar brotes y empeorar el acné existente. Además, cuando se está estresado, se duerme mal, se come menos sano y no se mantienen las rutinas de la piel. Todo ello puede favorecer la aparición de brotes de acné. (Lee sobre los alimentos que promueven una piel sana.)
Y cuando estás crónicamente estresado, algunos estudios han encontrado que tu sistema inmunológico se cura más lentamente. Por lo tanto, tus brotes de acné pueden durar más tiempo y pueden provocar cicatrices cuando estás continuamente estresado.
Cuanto más manejes tu ansiedad, mejor será tu piel. La terapia de conversación, la meditación, el tai chi, el yoga y otros mecanismos de afrontamiento pueden ayudar a evitar que tu piel sufra lo peor de tus emociones. (Aprende a controlar la ansiedad con el autocuidado)