– Chad Moore, antiguo miembro del Servicio de Parques Nacionales
Durante miles de millones de años, toda la vida ha dependido del ritmo predecible del día y la noche en la Tierra. Está codificado en el ADN de todas las plantas y animales. Los seres humanos han alterado radicalmente este ciclo al iluminar la noche.
Las plantas y los animales dependen del ciclo diario de luz y oscuridad de la Tierra para gobernar los comportamientos que sustentan la vida, como la reproducción, la alimentación, el sueño y la protección contra los depredadores.
Las pruebas científicas sugieren que la luz artificial nocturna tiene efectos negativos y mortales en muchas criaturas, incluyendo anfibios, aves, mamíferos, insectos y plantas.
Las luces artificiales perturban los ecosistemas del mundo
Los animales nocturnos duermen durante el día y son activos por la noche. La contaminación lumínica altera radicalmente su entorno nocturno al convertir la noche en día.
Según el investigador Christopher Kyba, para los animales nocturnos, «la introducción de la luz artificial representa probablemente el cambio más drástico que el ser humano ha realizado en su entorno».
«Los depredadores utilizan la luz para cazar, y las especies de presa usan la oscuridad como cobertura», explica Kyba. «Cerca de las ciudades, los cielos nublados son ahora cientos o incluso miles de veces más brillantes que hace 200 años. Sólo estamos empezando a conocer el drástico efecto que esto ha tenido en la ecología nocturna».
El resplandor de las luces artificiales también puede afectar a los hábitats de los humedales que albergan anfibios como ranas y sapos, cuyo croar nocturno forma parte del ritual de reproducción. Las luces artificiales interrumpen esta actividad nocturna, interfiriendo en la reproducción y reduciendo las poblaciones.
Las luces artificiales pueden llevar a las crías de tortuga marina a su muerte
Las tortugas marinas viven en el océano pero nacen de noche en la playa. Las crías encuentran el mar detectando el horizonte brillante sobre el océano. Las luces artificiales las alejan del océano. Sólo en Florida, millones de crías mueren de esta manera cada año.
Las luces artificiales tienen efectos devastadores en muchas especies de aves
Foto de Michael Menefee
Las aves que migran o cazan de noche navegan por la luz de la luna y las estrellas. La luz artificial puede hacer que se desvíen de su ruta y se dirijan a los peligrosos paisajes nocturnos de las ciudades. Cada año, millones de aves mueren al chocar con edificios y torres innecesariamente iluminados. Las aves migratorias dependen de las señales de los horarios estacionales correctamente programados. Las luces artificiales pueden hacer que migren demasiado pronto o demasiado tarde y que pierdan las condiciones climáticas ideales para anidar, buscar alimento y otros comportamientos.
Ecosistemas: Todo está conectado
Muchos insectos se sienten atraídos por la luz, pero las luces artificiales pueden crear una atracción fatal. La disminución de las poblaciones de insectos afecta negativamente a todas las especies que dependen de ellos para alimentarse o polinizar. Algunos depredadores explotan esta atracción en su beneficio, afectando a las redes alimentarias de forma imprevista.