El término cubismo analítico define la fase inicial del cubismo y describe las innovaciones y la experimentación de los dos artistas, Pablo Picasso y Georges Braque. Considerados como los padres del movimiento cubista, los dos pintores revolucionaron el rostro del arte. Las imágenes del cubismo analítico, que duró desde 1909 hasta 1912, se caracterizan por su apariencia fragmentaria, su construcción lineal, la reducción del color a una paleta casi monocromática, la comprensión de los objetos como formas geométricas básicas y el uso de múltiples puntos de vista. A diferencia de otras imágenes vanguardistas producidas por los futuristas italianos, Piet Mondrian o el pionero del arte abstracto Wassily Kandinsky, las imágenes del cubismo analítico se dejaban abiertas a la interpretación y no iban acompañadas de un manifiesto del artista. Durante años los historiadores y críticos de arte han analizado e intentado llegar a un acuerdo con el cubismo analítico, y dar sentido a sus formas fragmentadas, superficies poco profundas y muy trabajadas.
El inicio del cubismo analítico – ¿Qué impulsó lo nuevo?
Desafiando los cánones de la creatividad, los artistas cubistas pretendían revitalizar el arte para que estuviera más en sintonía con las innovaciones y el nacimiento de la era moderna. A principios del siglo XX, los artistas se encontraban en medio de grandes cambios. Los avances tecnológicos y los dramáticos cambios políticos y sociales se producían en esta época. El nacimiento de la fotografía transformó para siempre el papel y la necesidad del arte visual, ya que se utilizó para documentar los cambios que se producían en el mundo. Para muchos pintores y artistas, la creatividad debía reflejar estos estallidos de nuevas energías e ideas. Los dos autores, Picasso y Braque, inspirados por el artista postimpresionista Paul Cezanne, rechazaron la regla de la tridimensionalidad y la perspectiva en el arte y empezaron a experimentar con superficies planas, la reducción de la forma y el color, y la comprensión de la naturaleza en formas geométricas básicas. Intentando crear un sentido de totalidad que reflejara la necesidad de lo nuevo, los dos artistas colaboraron, se comunicaron diariamente y experimentaron con el espacio, el tiempo y la representación del mundo.
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El estilo del cubismo analítico
Como forma particularmente rígida de arte de vanguardia, el cubismo analítico fue la etapa más intelectual e intransigente del movimiento cubista. Denominado así, reflejaba el cambio de las anteriores imágenes más brillantes por un enfoque más analítico hacia el tema. La disección estructurada del tema, punto por punto, dio lugar a la imagen fragmentaria y a la superposición de planos. Durante 1910 – 1912, Picasso y Braque abstrajeron sus obras hasta reducirlas a un mero juego de planos y facetas. El resultado producido se describe mejor como un collage de varios puntos de vista que se pegan para formar una imagen total. Al reducir el color a los tonos casi monocromáticos del gris, el marrón y el negro, la atención se centraba en la estructura de la forma y la densidad de la imagen en el centro del lienzo. Los motivos preferidos solían ser bodegones con un instrumento musical, botellas, jarras, vasos, periódicos y el rostro y las figuras humanas. Las imágenes de paisajes eran poco frecuentes.
Continuando con la investigación de la superficie bidimensional y el rechazo de la perspectiva de un solo punto, las imágenes del cubismo analítico eran objetos por derecho propio. Esta forma de entender las obras de arte cubistas fue planteada por el crítico Clement Greenberg que definió las imágenes como construcciones de varias partes que representan y a la vez son nuevas comprensiones de la realidad.
La importancia del cubismo analítico y sus imágenes
El cuadro Retrato de Ambroise Vollard es considerado como la imagen que define el estilo del cubismo analítico. En esta obra, Pablo Picasso ha desmontado una figura humana en una serie de placas geométricas planas y transparentes. El estilo pictórico cubista inicial, centrado en las imágenes cúbicas, ha desaparecido y en su lugar se nos ofrece una imagen que celebra los planos. La calidad global de la deconstrucción y luego la creación de la imagen ayudada por las disposiciones de múltiples capas de planos superpuestos es uno de los elementos clave del nuevo estilo artístico.
La importancia del cubismo analítico radica en su cuestionamiento de los cánones artísticos tradicionales. El rechazo a la tridimensionalidad y la reducción de la forma a la idea básica de una superficie plana impresionó no sólo a los pintores, sino que marcó la nueva forma de entender la escultura y la arquitectura. El cubismo analítico terminó en 1912 y en su lugar los dos artistas ofrecieron el cubismo sintético, un estilo de creatividad igualmente revolucionario que incorporaba objetos y materiales encontrados además de pintura y lienzo. Estos dos estilos definieron el movimiento del cubismo que para muchos es considerado como los momentos que marcaron el nacimiento del arte no representativo.
Consejo de los editores: Picasso y Braque: El experimento cubista, 1910-1912
Explorando la fase pivote del arte moderno, el cubismo analítico culminó durante dos años, entre 1910 – 1912. El intercambio creativo de los dos maestros, Pablo Picasso y Georges Braque, produjo el movimiento del cubismo, considerado como uno de los períodos más revolucionarios del arte. El libro es la primera publicación que profundiza en estos dos intensos años de productividad, revelando el intrigante juego pictórico que se desarrolla entre estos dos grandes artistas. Los ensayos de destacados comisarios e historiadores ofrecen lecturas sostenidas de pinturas, dibujos y grabados en términos de su compromiso con cuestiones de género, formato, medio y proceso artístico. Entender el juego entre los dos autores es entender el cubismo y comprender plenamente su importancia para la evolución posterior de la historia del arte.