Memoria prospectiva

Una breve introducción

http://www.assignmentpoint.com/science/psychology/prospective-memory.html

La memoria prospectiva consiste en recordar la realización de intenciones retrasadas en un momento o evento apropiado en el futuro. Algunos ejemplos de memoria prospectiva son: acordarse de tomar la medicina por la noche antes de acostarse, acordarse de entregar un mensaje a un amigo y acordarse de recoger flores para una persona importante en un aniversario. Dado que una gran parte de cada día se dedica a formar intenciones y a actuar según esas intenciones, no es de extrañar que al menos la mitad de los olvidos cotidianos se deban a fallos de la memoria prospectiva (Crovitz & Daniel, 1984).

Una investigación actual en el laboratorio (con el estudiante de posgrado Francis Anderson) también ha utilizado métodos de muestreo de experiencias para demostrar que los pensamientos relacionados con la planificación y la ejecución de las intenciones prospectivas componen casi el 15% de todos los pensamientos diarios (véase la sección siguiente).

Es importante entender la memoria prospectiva no sólo por la ubicuidad de las demandas de memoria prospectiva, sino también porque los fallos de la memoria prospectiva pueden ser devastadores. Por ejemplo, los pilotos de aviones deben recordar realizar varias acciones de forma secuencial antes del despegue y el aterrizaje, y el hecho de no recordar alguna de estas acciones puede provocar lesiones o la muerte. Aunque los fallos de memoria prospectiva de la tripulación de los aviones rara vez se producen o provocan lesiones, Dismukes (2006) señaló que casi 1/5 de los principales accidentes de las aerolíneas pueden atribuirse a fallos de memoria prospectiva. Además, las personas que deben recordar la toma de medicamentos dependen de su memoria prospectiva para mantener su salud. En una encuesta (Nelson, Reid, Ryan, Willson, & Yelland, 2006), las personas que declararon haber olvidado tomar su medicación para la tensión arterial al menos una vez tenían una probabilidad significativamente mayor de sufrir un ataque al corazón o de morir que las personas que sí se acordaron de tomar su medicación. Dado que el olvido intencionado tiene el potencial de ser devastador, es importante aprender más sobre las estrategias que mejoran la memoria prospectiva. Para ello, es necesario comprender mejor la memoria prospectiva, centrándose en cómo se recuperan los recuerdos. Al comprender cómo se pueden recuperar con éxito las intenciones, se pueden formular estrategias que promuevan la eficiencia y la funcionalidad.

Un tema central y motivo de gran debate en el campo ha sido la comprensión de los mecanismos que permiten recuperar los recuerdos prospectivos. La teoría de los procesos atencionales y de memoria preparatorios (PAM) argumenta que los procesos preparatorios estratégicos y no automáticos deben estar comprometidos antes de la ocurrencia de un evento objetivo si se quiere recuperar con éxito una intención (Smith, 2003). En consecuencia, una intención de memoria prospectiva sólo puede recuperarse con éxito si la persona se dedica a monitorizar (buscar el evento objetivo o mantener la intención en mente) su pista de memoria prospectiva. Además, dado que la monitorización no es automática y consume capacidad, el éxito de la memoria prospectiva debería estar asociado a costes (ralentización o errores) en la tarea en curso.

Alternativamente, la teoría multiproceso (véase McDaniel & Einstein, 2007 en la página de publicaciones) sostiene que las intenciones pueden completarse no sólo a través de la monitorización, sino también mediante un proceso de recuperación espontánea relativamente automático. Introspectivamente, experimentamos este proceso casi automático cuando los recuerdos «aparecen» en la mente. A diferencia de los procesos preparatorios no automáticos que se requieren para monitorear, la teoría multiproceso argumenta que bajo condiciones apropiadas (ver Einstein, McDaniel, & Anderson, en prensa, para las condiciones que fomentan la recuperación espontánea) la aparición de un objetivo puede desencadenar el recuerdo sin incurrir en un costo en una tarea en curso. En pocas palabras, la idea es que se puede recuperar una intención sin mantenerla en la conciencia. Por ejemplo, durante un viaje a la tienda de comestibles, el simple hecho de ver una jarra de leche puede provocar la recuperación de la intención de que se ha acabado la leche y se necesita más. Uno de los principales objetivos de la investigación de este laboratorio ha sido proporcionar apoyo empírico a la existencia de procesos de recuperación espontánea. Además, nos hemos interesado en la interacción entre los procesos de monitorización y de recuperación espontánea (Scullin, McDaniel, & Shelton, 2013) y en determinar qué factores llevan a un individuo a confiar en un mecanismo de recuperación sobre otro (véase McDaniel & Einstein, 2000).

Nuestra investigación

Actualmente estamos trabajando en varias líneas de investigación en el laboratorio, con el tema general de intentar comprender mejor los mecanismos subyacentes de la memoria prospectiva, cómo se desarrollan esos mecanismos en el mundo real y cómo podemos aprovechar ese conocimiento para mejorar la capacidad de las personas para realizar las acciones previstas.

TEORÍA DEL RETRASO

Como se mencionó en la Breve Introducción, la teoría de los multiprocesos sostiene que las intenciones pueden ser completadas tanto por procesos de monitoreo que demandan recursos como por procesos de recuperación espontánea relativamente automáticos. Una gran cantidad de pruebas a favor de esta interpretación dependen en gran medida de la presencia o ausencia de costes en la tarea en curso. Por poner un ejemplo simplificado, tomemos una intención típica de memoria prospectiva: acordarse de pasar por la tienda de comestibles de camino a casa desde el trabajo. Si uno está monitorizando, buscando el giro correcto hacia la tienda de comestibles y manteniendo la intención en mente, podría reducir la velocidad de su conducción (es decir, mostrar costes para la tarea en curso), porque tiene menos recursos atencionales que dedicar al acto. Sin embargo, también se podría estar conduciendo a gran velocidad sin pensar en la necesidad de hacer la compra, fijarse en la tienda y recuperar espontáneamente la intención.

La teoría de la demora recientemente propuesta, sin embargo, cuestiona esta interpretación (bastante) predominante, y en su lugar propone que los costes observados para la tarea en curso (que se ha tomado para su seguimiento) se deben en realidad a una decisión estratégica de no responder para dar más tiempo a que se acumule la información relativa a la tarea de memoria prospectiva. En el caso de la recuperación espontánea, la acumulación de información es tan rápida que no es necesario iniciar un retraso. Esta teoría tiene apoyo principalmente en los modelos de acumulación de pruebas (por ejemplo, los modelos de difusión) y en el trabajo de Heathcote, Loft y Remington (2015). En nuestro propio estudio, trabajando dentro del mismo marco de modelado, creamos condiciones que enfatizaban la respuesta retardada o la conducta de monitoreo, y las comparamos con una condición estándar de memoria prospectiva para determinar los mecanismos subyacentes y las conductas de modelado que reflejan (Anderson, Rummel, & McDaniel, 2018). Además, tenemos evidencia conductual de la manipulación de la accesibilidad a la tarea de memoria en curso y prospectiva que apoya mejor la teoría del multiproceso que la teoría del retraso (Anderson & McDaniel, en revisión). Véase la página de Francis Anderson para ver las referencias a estos estudios.

Muestra de experiencia
Amigo, por qué no lo sacamos fuera… del laboratorio

La mayoría de los investigadores de la memoria prospectiva asumen introspectivamente que el tema es importante, y que pasamos mucho tiempo y esfuerzo mental planificando y recordando para ejecutar intenciones. Eso mismo decimos en la Breve Introducción; sin embargo, aparte de algunos estudios como el de Crovitz y Daniel (1984), no hay muchas investigaciones que lo demuestren explícitamente. Uno de esos estudios utilizó métodos de muestreo de experiencias para determinar qué parte de nuestra vida mental se dedicaba a pensar en el futuro (Gardner & Ascoli, 2015). Descubrieron que se dedicaba una cantidad considerable de tiempo a pensar en el futuro, pero su enfoque no se centró explícitamente en la memoria prospectiva. Nuestra propia investigación adopta una postura metodológica diferente, pero intenta abordar algunas de las mismas cuestiones básicas. Lo más importante es que, durante un día normal, ¿cuánto tiempo dedicamos a la planificación y el recuerdo prospectivos? Los pensamientos sobre el futuro (30%) son mucho más frecuentes que los pensamientos sobre el pasado (13%), aunque el pensamiento centrado en el presente es el más frecuente (55%). De todos los pensamientos, aproximadamente el 15% estaban directamente relacionados con la planificación y la realización de intenciones. Otros estudios intentarán utilizar esta metodología para comprender mejor si el constructo de la memoria prospectiva funciona en el mundo real como lo hace en el laboratorio.

Para más información y actualizaciones sobre los estudios actuales, contacte con Francis Anderson en [email protected]

Primera imagen: http://www.assignmentpoint.com/science/psychology/prospective-memory.html

Segunda imagen: https://paton.io/enough-with-the-post-it-notes-7eeb6cce0c07

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.